Los Ángeles (EE.UU.), 8 may (EFE).- Con un extraordinario e improbable héroe como Lonnie Walker, Los Angeles Lakers derrotaron este lunes a los Golden State Warriors (104-101) y colocaron al borde de la eliminación a los vigentes campeones de la NBA (3-1).
Sin mucha trascendencia en la rotación angelina, Walker firmó una actuación brillante y asombrosa de las que marcan toda una carrera.
Walker no metió ni un solo punto en los tres primeros cuartos pero en el último periodo desató un memorable vendaval con 15 puntos (6 de 9 en tiros) que le dio un triunfo épico y valiosísimo a los Lakers.
Golden State queda ahora obligado a ganar los tres próximos partidos (dos en casa y uno fuera) para no irse de vacaciones, pero las estadísticas no están de su parte: en la historia de la liga, solo en 13 de las 277 veces con un 3-1 el equipo que iba perdiendo logró remontar la serie.
En un duelo muy emocionante hasta el final, estos Lakers que siguen dejando a todos con la boca abierta y que están a solo un triunfo de la final del Oeste contaron con 27 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias de LeBron James; 23 puntos y 15 rebotes de Anthony Davis; y 21 tantos de Austin Reaves.
Stephen Curry selló un triple-doble para los Warriors (31 puntos, 10 rebotes y 14 asistencias) pero su espantoso 3 de 14 en el triple fue un reflejo de la terrible noche de los Warriors en el perímetro (12 de 41).
Klay Thompson tuvo además una velada muy pobre (9 puntos con 3 de 11 en tiros) y Jordan Poole se fue con 0 tantos.
El quinto partido se disputará el miércoles en San Francisco.
WALKER DECIDE
Steve Kerr apostó como novedad en el quinteto por Gary Payton y los Warriors se mostraron como un equipo dinámico, intenso y con mucho esfuerzo en el arranque pese a que Andrew Wiggins sumó dos faltas en poco más de dos minutos.
En cualquier caso, las defensas controlaron un primer cuarto árido y rocoso (22-21), de poco lucimiento en ataque y de muchos errores en ambos equipos.
Con el partido en un terreno de baja anotación que favorecía a los Lakers, el ritmo no aceleró demasiado en el segundo cuarto.
Hubo algunos chispazos -como un 4-8 de salida para los Warriors, el dominio de Davis en la zona o dos triples de LeBron y Reaves- pero el encuentro seguía muy equilibrado (38-38 con 4.37 para el descanso).
En los últimos minutos, Davis y Curry tomaron cartas en el asunto.
El pívot se hizo enorme en la pintura ante unos Warriors que se estrujaban los sesos para intentar frenarle (19 puntos y 6 rebotes en la primera mitad) mientras que el base pisó el acelerador con 14 puntos solo en el segundo periodo y se fue al vestuario rozando el triple-doble (17 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias).
Con todo ello, Golden State llegó al descanso por delante (49-52) tras una primera mitad poco vistosa en general y de película de terror desde el triple (2 de 10 para los locales y 5 de 19 para los visitantes).
Entre LeBron y un Reaves recuperado tras una frustrante primera parte, los Lakers empezaron el tercer cuarto con buen pie y retomaron el control del marcador (59-57) con un 10-5 en tres minutos.
Un suspiro les duró esa alegría a los angelinos, que encajaron a continuación un duro parcial de 0-11 con 7 puntos seguidos de un sorprendente Payton (59-68 con 7.07 para el descanso).
Golden State tomó impulso y llegó, en un visto y no visto, a un +12 con Wiggins subiéndose al tren de una ofensiva ya más engrasada.
Sin embargo, los de Curry, quien se lució con un delicioso pase por la espalda para Donte DiVincenzo, no terminaron de romper el partido por culpa de un LeBron que se echó a los Lakers a la espalda antes del último cuarto (77-84).
Durante toda la noche, los de púrpura y oro sufrieron para entorpecer la ágil circulación de balón de los Warriors, sobre todo en los cortes por la línea de fondo.
Pero no se les pudo echar en cara falta de actitud, tanto que abrieron el cuarto periodo con un sólido 7-0 para igualar el encuentro con diez minutos por jugarse y la afición angelina ya puesta en pie.
Ante las dudas de sus compañeros, Curry asumió la responsabilidad, continuó repartiendo asistencias con pasmosa facilidad y consiguió un triple más adicional poco después de haberse llevado un taponazo de LeBron.
Pero ahí llegó el momento de un sospechoso muy poco habitual: Walker, fabuloso y demoledor con 9 puntos en poco más de cuatro minutos (94-94 con 5.01 en el reloj).
Otra canasta de Walker y LeBron desde la personal pusieron a los locales con +3, pero Curry dejó a los suyos al borde de la remontada en el último minuto (102-101).
Entonces llegaron los nervios.
LeBron falló un triple, Curry erró dos tiros en los últimos 30 segundos, Draymond Green perdió un balón clave y los Lakers, con Walker como inesperado capitán, cantaron finalmente victoria.
David Villafranca