Washington, 27 jul (EFE).- Unos 170 millones de personas, más de la mitad de la población de Estados Unidos, están bajo alerta por el “calor extremo” en el país.
El Servicio Meteorológico estadounidense informó en un comunicado de que “una peligrosa ola de calor” comenzó este jueves en el noreste y continuará a lo largo del fin de semana, mientras se registran temperaturas récord en el suroeste y el centro de EE.UU.
En el noreste está previsto que se alcancen temperaturas de en torno los 100 grados Fahrenheit (unos 38 grados Celsius), con una humedad “agobiante” que las empujará hasta los 105 °F (40,5 °C) hasta el sábado, indica la nota.
Grandes ciudades como Washington DC, Filadelfia y Boston están bajo “avisos por el calor” para que sus habitantes se protejan, mientras que en el área metropolitana de Nueva York está en vigor una “advertencia de calor excesivo”, que se suele emitir cuando la temperaturas llegan a los 105 °F (40,5 °C) o los superan.
Según el Servicio Meteorológico, es “imperativo” que los residentes en el noreste y el este adopten medidas para resguardarse, “conforme el tramo más caluroso del verano comienza este jueves y seguirá hasta el sábado”.
En el centro de EE.UU. también hay alertas por el calor en la parte alta del valle del Misisisipi, el valle de Ohio y el medio oeste, entre otros, con temperaturas próximas y por encima de los 100 °F (38 °C) hasta el fin de semana.
Se espera que el viernes los termómetros en algunas áreas lleguen a los 105 °F (40,5 °C) y 110 °F (unos 43 °C).
En paralelo se prevén lluvias y tormentas en la llamada región de las Cuatro Esquinas, que comprende Utah, Arizona, Colorado y Nuevo México, mientras la ola de calor se expande por el suroeste de EE.UU.
La web AccuWeather, especializada en el pronóstico del tiempo, subrayó que el domo de calor, un fenómeno que causa temperaturas extremas y que ha sufrido el suroeste de EE.UU. en la mayor parte de julio, comenzó a expandirse este jueves hacia el este.
De acuerdo a esa fuente, se espera que Baltimore llegue a los 100 °F (38 °C) a finales de esta semana, al tiempo que es posible que se alcancen temperaturas similares en la capital de EE.UU., que no ha visto un calor parecido en siete años.
En el marco de estas condiciones, el presidente de EE.UU., Joe Biden, se reunió hoy con los alcaldes de ciudades que están experimentando un calor extremo este verano, Phoenix (Arizona) y San Antonio (Texas), para hablar de cómo el clima está afectando a sus habitantes.
Antes del encuentro, Biden apuntó en un discurso desde la Casa Blanca que ya nadie puede negar “el impacto del cambio climático”.
“Hubo un tiempo, cuando llegué aquí, que mucha gente decía ‘Oh, no es un problema'”, señaló el presidente, quien agregó que no conoce a nadie que “sinceramente” no crea que el cambio climático es un problema grave.
La Casa Blanca anunció este martes una serie de medidas para mitigar el calor extremo, como solicitar al Departamento de Trabajo que emita una “Alerta de Peligro” para garantizar que los empleados tienen protección federal frente a las altas temperaturas en sus lugares de trabajo.
Datos del Gobierno indican que cada año se registran 600 muertes relacionadas por el calor, que afecta especialmente a trabajadores como los bomberos, agricultores y empleados de la construcción.