Nueva York, 10 nov (EFE).- Dueños de restaurantes latinos exigieron hoy a las autoridades de Nueva York varias medidas como evitar la imposición de “multas excesivas” y otorgar permisos temporal para venta de alcohol que les permita continuar operando mientras se recuperan de las pérdidas sufridas por la pandemia.
De acuerdo con el presidente de la Asociación de Restaurantes Latinos del estado, Jeffrey García, les tomará “una eternidad” recuperarse del impacto del coronavirus, que llevó a muchos a cerrar sus puertas o reducir su fuerza trabajadora.
De acuerdo con datos provistos a Efe por la Asociación Nacional de Cámaras de Comercio Hispanas, cerraron unos 3.000 de los alrededor de 5.000 restaurantes que operaban antes de la pandemia.
García detalló en una conferencia de prensa frente a la sede de la New York State Liquor Authority (Autortidad de Licores del Estado) a la que acudió medio centenar de comerciantes latinos, los reclamos que han hecho varias veces a la agencia a la que hizo un llamado urgente: “necesitamos que nos ayuden”.
Para García, los nuevos negocios tienen que esperar demasiado tiempo por el permiso para la venta de bebidas alcohólicas, por lo que reclamó que se extienda a la ciudad el permiso temporal que la agencia reguladora ya otorga a los restaurantes que operan fuera de la ciudad.
“No sabemos por qué no lo dan en la ciudad, debemos tener el mismo derecho”, dijo a Efe García antes de explicar que el permiso puede costar entre mil y 10.000 dólares dependiendo el tamaño del negocio y, además, el comerciante debe contratar un abogado, que puede costar entre 20.000 y 30.000 dólares, dinero con el que muchos no cuentan.
También reclamaron a la agencia que retorne la iniciativa “Liquor to Go” (Licor para llevar) que se puso en marcha durante la pandemia, cuando no se permitía comer en los restaurantes.
García recordó que eliminar ese programa ha generado pérdidas a los comerciantes porque los comensales sólo pueden consumir mientras están en el restaurante.
“En este momento, eso ayudaría con las pérdidas de los negocios porque tendrían otra avenida para hacer dinero”, señaló, y recordó que también les está afectando la prohibición de que los comensales no vacunados entren en el interior de los locales.
Denunció que las multas son excesivas y muchas veces injustificadas y citó el caso de una de 9.000 dólares a un restaurante por un empleado que no llevaba mascarilla mientras limpiaba la cocina, en momentos en el que el negocio estaba cerrado.
Los dueños de restaurantes, que portaban pancartas con sus reclamos, contaron con el apoyo de la senadora Jessica Ramos, quien pidió a la agencia reguladora que escuche a ese sector y destacó su importancia en los barrios latinos como fuente de empleo.
“Necesitamos revitalizar nuestros pequeños negocios para poder salvar nuestros barrios, pero desafortunadamente es la tercera vez que rogamos a la Autoridad que por favor escuche la voz de los afectados por los procesos que ellos han creado”, afirmó.
De acuerdo con Frank García, presidente de la Asociación Nacional de Cámaras de Comercio Hispanas, la gobernadora Kathy Hochul ha mostrado interés en ayudar a los comerciantes latinos y podría gestarse pronto una reunión con ella.