San Juan/Toa Baja, 20 sep (EFE).- Puerto Rico se encuentra desde ayer lunes sin servicio eléctrico ni agua y con muchas áreas anegadas e incluso incomunicadas un día después del paso del huracán Fiona por la isla, cuyas autoridades están preocupadas por la continuación de las lluvias.
El huracán de categoría 1 dejó en la isla hasta 30 pulgadas (76 centímetros) de precipitaciones, que provocaron el desbordamiento de varios ríos, inundaciones repentinas y carreteras intransitables.
Un hombre murió ahogado hoy después de ser arrastrado por las aguas del río La Plata en Comerío, en el centro de Puerto Rico, cuyo cauce ha crecido debido a las fuertes lluvias de Fiona.
En Toa Baja, donde ayer evacuaron a cientos de personas por las inundaciones, la situación en esta jornada seguía siendo dramática con vehículos varados en mitad del agua y árboles caídos.
Edward Oliveras, chofer de una grúa, vigilaba a la entrada del Barrio Ingenio de Toa Baja que ningún automóvil más se quedara atrapado por el desbordamiento de un caño cercano.
“La gente pasa porque está desesperada por las familias que están allá y estamos dando la mano”, dijo Oliveras, quien al momento de hablar con Efe, ya había rescatado dos vehículos.
LA CONSTANTE LLUVIA PUEDE AGRAVAR LA SITUACIÓN
El director interino del Servicio Nacional de Meteorología (SNM), Ernesto Morales, alertó de que “las lluvias asociadas a Fiona están causando estragos en el sur e interior de la isla” y que “de seguir este tipo de lluvias habrá niveles catastróficos”.
“Lo que nos preocupa es que estamos esperando lluvia en los mismos sectores, en el sur de Puerto Rico y en la cordillera central. Esto es serio”, agregó Morales en rueda de prensa.
En la misma línea, el gobernador, Pedro Pierluisi, dijo que “desafortunadamente” se esperan más lluvias para este lunes y el martes, y “continúa el peligro de inundaciones, derrumbes y deslizamientos”.
Más de 2,100 personas se han cobijado en 113 refugios repartidos por toda la isla, en dos de los cuales se registraron dos fallecimientos “por causas naturales”, uno de ellos una mujer de 88 años debido a un infarto en Mayagüez (oeste).
Decenas de carreteras están cerradas e intransitables por la caída de árboles y postes eléctricos, derrumbes de tierra o inundaciones, desde Barceloneta (norte), pasando por toda el área montañosa del centro hasta Ponce (sur), donde el alcalde Luis Irizarry dijo que hay barrios incomunicados.
UN MILLAR DE PERSONAS RESCATADAS
El gobernador Pierluisi informó que la Guardia Nacional realizó 30 rescates de 1,000 personas en 25 municipios de la isla y que los bomberos rescataron a otras 83.
“En muchas áreas, el impacto ha sido mayor que en el huracán María (de 2017)”, remarcó el gobernador, reiterando como ya dijo ayer que “los daños han sido catastróficos”.
En el norte de la isla, también se ha visto muy afectado Cataño, donde han tenido que desalojar a residentes. Por una de las calles inundadas de la barriada Juana Matos caminaba Rafael Pagán Rivera para llevarle un “mandao” (favor) a otro de sus vecinos.
“La cuestión es servirle a la comunidad para ayudar los mayores de edad, que no pueden ir a las tiendas. Estoy desde las 4 y pico de la mañana en la calle”, detalló.
El hombre admitió que la cantidad de lluvia lo cogió “desprevenido” pero que lo importante es que tanto él como sus ocho hijos se encuentran bien, aunque perdió siete gallos ahogados.
Aunque la previsión meteorológica no es buena, se han podido reabrir gran parte de los aeropuertos y seis puertos marítimos, pero las clases, tanto en las escuelas públicas como en las universidades, fueron suspendidas también mañana, martes.
UN RESTABLECIMIENTO LENTO DE LA LUZ Y EL AGUA
Todavía no se han contabilizado el número de viviendas afectadas, pero a lo que tuvieron que hacer frente hoy todos los puertorriqueños fue a la falta de luz y de agua corriente. Algunas gasolineras presentaban filas para recargar los generadores eléctricos, mientras que varios municipios abrieron puntos de recogida de agua.
“Nuestra meta es que en cuestión de días gran parte de los abonados tengan el servicio eléctrico”, dijo al respecto Pierluisi, que reconoció que es “imposible” garantizar cuando se recuperará al 100 % porque todavía no se han evaluado todos los daños.
La empresa LUMA Energy, encargada de la transmisión y distribución de la electricidad, informó de que ha restaurado el servicio a 100,000 clientes del área norte, pero los abonados en la isla son 1.4 millones.
El uso de generadores de emergencia para paliar la falta de electricidad tiene, además, sus peligros. Un hombre de 70 años falleció calcinado al explotar el aparato que manipulaba en Arecibo (norte).
El director de seguridad pública de LUMA, Abner Gómez, dijo que la prioridad son los servicios esenciales, particularmente hospitales, refugios y bombas de agua de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).
En cuanto al agua, unos 800.000 abonados de un total de 1.2 millones no tienen servicio, según la AAA, que explicó que muchas plantes de filtros no están operando por “obstrucción en la toma de aguas crudas” o por “alta turbidez”.