Tucson (AZ), 9 nov (EFE News).- Vistiendo chalecos antibalas y portando armas de fuego, miembros de la milicia civil Patriots For America vigilan parte de la frontera de Texas y aseguran que defienden a Estados Unidos de una “invasión” que está fuera de control ante el incremento histórico del flujo migratorio.
“Sabemos que si Texas cae, el resto del país también caerá”, dijo a Efe Samuel Hall, presidente de la agrupación.
En el último año los arrestos de migrantes indocumentados a lo largo de la frontera con México, especialmente en Texas, han establecido cifras récord.
Por ello, la milicia afirma estar respondiendo al llamado de auxilio de residentes de comunidades fronterizas y rancheros, cansados de que sus viviendas sean invadidas, de perder sus animales porque los migrantes rompen las cercas a su paso y de que roben sus autos.
Hall asegura que estas comunidades se sienten ignoradas por la Administración federal y están cansadas de la inseguridad que se vive en la región, que muchos tienen miedo de salir de sus casas, que los caminos están desiertos y los niños ya no pueden salir a jugar fuera de sus hogares.
La milicia actualmente patrulla la frontera con México en el condado de Kinney, que junto con otros cuatro condados fronterizos declaró estado de emergencia en abril pasado ante el incremento del flujo migratorio.
Pese a que el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó el despliegue en la frontera de soldados de la Guardia Nacional y de agentes del Departamento de Seguridad Pública (DPS) para arrestar a migrantes y asistir a la Patrulla Fronteriza, esta ayuda no ha llegado a Kinney, alegan.
Este condado de 1.360 millas cuadradas (3.522 kilómetros cuadrados) y comparte 16 millas (26 kilómetros) de frontera con México se ubica entre El Río e Eagle Pass en los condados fronterizos de Valverde y Maverick, que se han convertido en “puntos rojos” de cruce de migrantes.
Por tanto, la mayoría de los recursos se han concentrado en esas regiones, dejando prácticamente solo a Kinney, que cuenta únicamente con seis alguaciles para combatir los problemas que han derivado del incremento del flujo migratorio.
“DISUADIR” A LOS MIGRANTES
Hall, quien se negó a revelar cuántos miembros de su milicia están actualmente en la frontera, asegura que la presencia del grupo es solo para tratar de “disuadir” a los migrantes y que de ninguna manera buscan iniciar una “pelea” o una “confrontación” con nadie.
Sostiene que los voluntarios armados no detienen a los migrantes y que cuando detectan un grupo de inmediato notifican a la Oficina del Alguacil del Condado de Kinney o al DPS.
El líder de Patriots For America responsabiliza directamente al presidente Joe Biden de lo que llama una “invasión” que se vive a diario en la frontera.
“El presidente Biden nunca ha tenido la intención de componer la frontera. Está sacrificando la seguridad de nuestras comunidades para ganar poder político”, dijo Hall, quien considera que la frontera de EE.UU. con México es la más insegura y porosa del mundo.
Reconoce que hay familias que cruzan la frontera, pero entre ellas teme que haya personas con antecedentes criminales, miembros de cárteles o inclusive terroristas que puedan ingresar al país sin ser detectados.
Al término del año fiscal 2021, que finalizó el 30 de septiembre, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reportó 1,66 millones de arrestos de migrantes indocumentados. Es una cifra histórica y supera el récord previo de 1,64 millones del año 2000.
Solo en el condado de Kinney el DPS reporta el arresto de 1.200 migrantes en los últimos tres meses.
Hall sabe que las actividades de su grupo están siendo seguidas muy de cerca por muchos, incluyendo el Gobierno federal, que a su parecer espera un “pretexto” para convertirlos en “un ejemplo”.
“NO SOMOS RACISTAS”
“Quiero dejar muy claro que nosotros no somos racistas, no somos nazis, ni tampoco discriminamos por el color de la piel. Somos patriotas que defienden la Constitución de Estados Unidos”, dijo Hall, quien aseguro que si sus hombres encuentran a alguien en peligro no dudarán en brindar ayuda y agua para salvar su vida.
Sostuvo que la presencia de los voluntarios armados ya ha comenzado a acaparar la atención de los cárteles mexicanos y se dijo convencido de que los están vigilando desde el “otro lado” de la frontera.
Por otro lado, dijo apoyar el programa implementado por el gobernador Abbott por el cual se le presentan cargos estatales de invasión de propiedad a migrantes indocumentados que cruzan por las rancherías y son detenidos por el DPS. “Están invadiendo, están violando la ley”, enfatizó.
Los miembros del grupo aseguran estar “preparados” para enfrentar cualquier incremento en el flujo migratorio que pueda surgir ante las noticias de una caravana de miles de migrantes que actualmente cruzan territorio mexicano rumbo a la frontera con Estados Unidos.
En las últimas tres semanas, desde que el grupo armado inició su vigilancia, su líder afirma que el flujo de migrantes no ha parado.
El grupo no cree en las declaraciones de la Administración Biden en el sentido de que la gran mayoría de las personas detenidas en la frontera son deportadas de vuelta a México bajo la orden de emergencia sanitaria denominada Título 42.
“El Gobierno federal regresó a la peligrosa política de ‘atrapar y soltar’, y ahora estamos viendo las consecuencias”, expuso Hall.
La milicia actualmente está en conversaciones con representantes de otros condados para expandir su presencia a lo largo de la frontera texana.
El grupo asegura estar operando gracias a donaciones que solicitan a través de la plataforma Cash App.
Por su parte, grupos proinmigrantes han expresado preocupación ante la presencia de civiles armados en la frontera, ya que temen posibles violaciones a derechos civiles.
La presencia de milicias en la frontera con México no es algo nuevo. En 2005 miembros de la milicia civil Minuteman llegaron a la frontera de Arizona para vigilar la frontera con México.