Washington, 23 sep (EFE News).- Estados Unidos devolvió este jueves a Irak una tablilla cuneiforme que narra una de las primeras epopeyas de la historia y que hace tres décadas fue robada de Irak para, tras una larga travesía, acabar en un museo en Washington, de donde fue rescatada.
La transferencia de la llamada “Tabla de Gilgamesh”, de 3.500 años de antigüedad, se produjo en una ceremonia en un auditorio del reputado Instituto Smithsonian.
Había un escenario con una mesa cubierta por una tela negra y, en el centro, se ubicó la tablilla de color rojizo, de unos 15 centímetros de largo y 13 de ancho y que fue fotografiada por decenas de fotógrafos, además de convertirse en objeto de adoración de miembros de la Unesco y políticos estadounidenses e iraquíes.
“Devolver la tabla a Irak es devolver a ese país un elemento esencial para el alma de su nación, de una de las naciones más antiguas del mundo”, manifestó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
La tabla, explicó, narra la historia de un semidiós llamado Gilgamesh que hace 5.000 años fue el rey de la ciudad mesopotámica de Uruk y que emprendió varias aventuras en búsqueda de la inmortalidad completa, pero que también tuvo dudas y sueños como cualquier ser humano.
“Gilgamesh -narró Azoulay- también tenía un sueño, un sueño sobre la vida y sobre la muerte, un sueño sobre el destino, sobre la amistad y sobre el amor (…) Y tenía preguntas que son eternas y que son una realidad para nosotros hoy como lo eran hace muchos años”.
Se considera que Gilgamesh es el protagonista de la primera epopeya de la historia, en la que aparece por primera vez el tema del diluvio universal y que inspiró algunas historias de la Biblia hebrea.
La tablilla cuneiforme que hoy Estados Unidos devolvió a Irak es una de las 12 que existen en las que está escrita la epopeya de Gilgamesh, quien estuvo acompañado durante parte de sus aventuras por su amigo Enkidu, una criatura salvaje que acaba encontrando su humanidad.
El ministro de Cultura de Irak, Hasan Nadhem, que fue profesor de literatura, aludió a la figura de Enkidu y trazó un paralelismo con la situación actual de su país.
Como Enkidu, que era un ser salvaje, “el Estado de Irak está estableciendo un camino para el mundo civilizado”, dijo Nadhem.
Irak, además, se ve a sí mismo como el “guardián de la historia del mundo” por ser uno de los lugares donde se asentó la civilización mesopotámica y, por eso, el retorno de la tablilla tiene un “valor simbólico especial”, dijo a Efe el embajador de Irak en EE.UU., Fareed Yasseen.
El viaje de vuelta a Irak, sin embargo, ha estado lleno de sobresaltos y ha durado 30 años.
LA TRAVESÍA DE IRAK A EE.UU.
La “Tabla de Gilgamesh” fue descubierta en 1853 en unas ruinas en la zona norte de Irak y, pasó años en un museo, de donde fue robada en 1991 durante la Guerra del Golfo, según contó durante la ceremonia el fiscal Kenneth Polite, que ejerce como jefe de las investigaciones criminales dentro del Departamento de Justicia.
Al parecer, detalló Polite, la tablilla apareció en 2001 en Reino Unido y, seis años después, unos traficantes de arte la introdujeron ilegalmente en Estados Unidos.
Una casa de subastas se hizo con ella y, en 2014, se la vendió por 1,6 billones de dólares a Hobby Lobby, una compañía que tiene una cadena de venta de artesanía y cuyos dueños son cristianos evangélicos, famosos en EE.UU. por su apoyo a organizaciones conservadoras que se oponen al aborto.
El objetivo de Hobby Lobby era exponer la tablilla en un polémico museo sobre la Biblia que abrió sus puertas en Washington en 2017.
Las autoridades federales descubrieron que Hobby Lobby tenía la tablilla y llegaron a un acuerdo para que la devolviera, junto a otros objetos de contrabando, a cambio de pagar una multa de 3 millones de dólares.
Finalmente, en 2019, las autoridades federales incautaron la tablilla y, en julio de este año, un juez transfirió su propiedad al Gobierno de EE.UU., que inició los trámites para devolverla a Irak, explicó Polite, encargado de supervisar la última parte de este proceso.
“Lo de hoy -dijo Polite- es una historia con final feliz. Esta obra vuelve a sus orígenes. Y eso, amigos míos, sí que es una historia de proporciones épicas”.
Cuando vuelva al país asiático, la “Tabla de Gilgamesh” tendrá un lugar de honor en el Museo Nacional de Irak junto a otras reliquias de la civilización mesopotámica.