Washington, 20 jul (EFE).- El Departamento de Estado de Estados Unidos condenó este miércoles el ataque de artillería en el norte de IRak que dejó al menos ocho personas muertas y otras 23 heridas.
“La muerte de civiles es inaceptable y todos los estados deben respetar sus obligaciones bajo la ley internacional, incluyendo la protección de los civiles”, indicó la diplomacia estadounidense en un breve comunicado.
Aunque el Gobierno de EE.UU. no lo mencionó en su comunicado, el ataque fue atribuido a Turquía, y se produjo en una localidad turística de la provincia de Dohuk, en el norte de Irak, donde las fuerzas turcas realizan operaciones contra miembros del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
En un comunicado, la Célula de Seguridad del Ejército iraquí dijo que el ataque se produjo a las 13.50 hora local (10.50 GMT) en la aldea balneario de Barj, en la provincia de Dohuk, en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí.
Según la nota, los fallecidos y los heridos eran “turistas civiles” procedentes de otras partes de Irak, mientras que el comandante de las Fuerzas Armadas y primer ministro iraquí en funciones, Mustafa al Kazemi, ordenó “iniciar una investigación inmediatamente” para “conocer las causas” de la incursión.
Por su parte, una fuente médica del Hospital General de Zajo, donde fueron trasladadas las víctimas, dijo a Efe en condición de anonimato que entre los afectados se encontraban mujeres y niños.
Agregó que las víctimas son ciudadanos oriundos del centro y del sur de Irak que fueron al norte a hacer turismo.
Hace tres días cinco personas murieron en un ataque turco con dron contra un coche que circulaba por las afueras de Mosul, también en el norte de Irak.
Ankara lleva más de una década lanzando ataques aéreos y ocasionales incursiones terrestres en el norte de Irak, donde el PKK tiene su retaguardia, pero desde mayo de 2019 mantiene una presencia continua de comandos especiales en la franja fronteriza, con frecuentes choques con el grupo kurdo.
Irak condena estas operaciones militares, que califica de “unilaterales” en territorio iraquí, y por ello ha llamado en diferentes ocasiones al embajador turco a consultas, en un momento en el que las relaciones entre ambos países se están tensando.
El PKK inició la lucha armada contra Turquía en 1984, inicialmente exigiendo un Estado independiente en el sureste del país, pero en 2013 renunció oficialmente a este objetivo, al tiempo que se llevaban a cabo unas negociaciones de paz, rotas en 2015.