Washington, 13 ene (EFE).- Estados Unidos respondería de forma “decisiva” si Rusia despliega misiles o infraestructura militar en Venezuela o Cuba, dijo este jueves Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense, Joe Biden.
En una rueda de prensa, Sullivan añadió que no se habló de ese tema durante las conversaciones que Washington y Moscú han mantenido en la última semana, y opinó que podría tratarse de una “fanfarronada” del viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, que no debe tomarse demasiado en serio.
“Si Rusia llegara a avanzar en esa dirección, lidiaríamos con ello de forma decisiva”, afirmó Sullivan en una rueda de prensa en la Casa Blanca, sin dar más detalles.
En declaraciones al canal de televisión internacional ruso RTVI, Riabkov afirmó este jueves que Estados Unidos y la OTAN habían rechazado las demandas de garantías de seguridad de Rusia y descartó una pronta reanudación de las negociaciones con Occidente.
Al ser preguntado sobre las medidas de respuesta de Moscú, el diplomático ruso no descartó el despliegue de infraestructura militar en Cuba y Venezuela. “No quiero confirmar nada (…), ni descartar nada”, señaló.
Preguntado al respecto, el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante Rob Bauer, consideró este jueves “preocupante” que Rusia pudiera trasladar misiles a esos países caribeños.
En Venezuela, el exdiputado opositor Juan Guaidó afirmó que “Rusia no tiene que desplegar ninguna fuerza militar” en su país, porque es una nación “soberana”.
Guaidó afirmó que la Constitución de Venezuela le exige a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que “haga respetar” el territorio nacional e indicó que Rusia “pretende tener presencia armada en el país y Cuba para hacer propaganda y desestabilizar la región”.
“Esta maniobra no tiene que ver con el hambre o las necesidades que sufren a diario los venezolanos”, concluyó.
Las negociaciones entre Rusia, Estados Unidos y sus aliados tuvieron que ver con las acusaciones de Occidente de que Moscú ha concentrado en las últimas semanas alrededor de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar una posible invasión, una intención que el Gobierno ruso niega.