Nueva York, 12 abr (EFE).- La Justicia de Estados Unidos ha desmantelado una red de tráfico sexual controlada desde Nueva York que durante tres años explotó a mujeres chinas y cometió “brutales agresiones” contra ellas en una decena de estados del país, según informó en un comunicado este martes.
La Fiscalía del distrito Este de Nueva York reveló que ha detenido e imputado a nueve personas que dirigían o gestionaban esa peligrosa red con una serie de delitos relacionados con el crimen organizado, el tráfico sexual, el robo y las agresiones con violencia.
Los acusados, que tienen entre 24 y 41 años y apellidos asiáticos en su mayoría, supuestamente operaron entre abril de 2019 y septiembre de 2021 un “lucrativo negocio de prostitución por todo Estados Unidos” para el que reclutaron a mujeres chinas en situación vulnerable y sin estatus legal de inmigración.
La red criminal enviaba a las mujeres desde Queens (Nueva York) a otros puntos del país y las mantenía explotadas sexualmente durante semanas en hoteles o apartamentos bajo su control, para después recolectar el dinero que habían recibido y reinvertirlo en sus actividades ilegales, además de “enriquecer a sus miembros”.
Aparte de eso, la red agredió con brutalidad a quince mujeres chinas de las que sospechaba que se prostituían por su cuenta o que lo hacían para organizaciones rivales, enviando a sus habitaciones a hombres que las ataban, golpeaban con martillos, bates u otras armas y les robaban para “imponer disciplina”, según la nota.
Como parte de la investigación se incautaron unos escalofriantes mensajes telefónicos de miembros de la red detenidos, que instruyen a algunos de esos hombres a golpear “hasta la muerte” o “estrangular” a las mujeres.
El fiscal Breon Peace denunció que las personas “no son propiedades, y las víctimas en este caso, independientemente de su estatus migratorio, merecen ser libres de la violencia y las actividades sexuales forzadas”, expresando el deseo de que se haga “justicia por el horror que han soportado”.
La división del FBI especializada en empresas criminales asiáticas, colaboradora en el caso, indicó que puede haber más víctimas de la red por todo el país e hizo un llamamiento a las víctimas o a quienes tengan información a contactar a las autoridades, asegurando que el idioma o el estatus migratorio no son un problema.