Nueva York, NY.- Cientos de policías despidieron hoy en Nueva York a su colega Jason Rivera, un agente de origen dominicano, que murió el pasado 21 de enero en un tiroteo en el barrio de Harlem, un suceso que se saldó con tres muertos, uno de ellos también policía, y que puso de nuevo de actualidad la violencia en la ciudad y la proliferación de armas ilegales.
La catedral de Saint Patrick, en la Quinta Avenida neoyorquina, acogió hoy el velatorio de Rivera, muerto a los 22 años, un acto al que acudieron sus padres y su esposa, cientos de policías que se presentaron en el lugar, una representación del Consulado dominicano y un grupo de dominicanos que desplegaron una bandera de su país frente al templo católico.
El cadáver de Rivera será cremado mañana en una ceremonia distinta a la que se espera que acuda el alcalde Eric Adams, quien hizo precisamente de la seguridad en la ciudad bandera electoral durante los comicios del pasado noviembre que le dieron la alcaldía.
En el tiroteo desatado el pasado viernes en un apartamento de Harlem, que comenzó tras una llamada a la policía por un incidente de violencia doméstica, quedó gravemente herido el agente Wilbert Mora, de 27 años, y como Rivera también de origen dominicano; murió ayer, tras cinco días debatiéndose entre la vida y la muerte.
El agresor, de 47 años y con antecedentes policiales por tráfico de drogas y posesión ilegal de armas , tenía en su poder una pistola Glock que había sido robada en Baltimore en 2017, y también murió el pasado lunes.
Este incidente de Harlem y otros registrados con armas en lo que va de año llevaron al alcalde neoyorquino a pedir ayuda al presidente Joe Biden el pasado viernes, justo después del tiroteo: “Necesitamos la ayuda de Washington para ayudar a parar el flujo de armas aquí, y en otras ciudades”, ya que su existencia en las ciudades donde no son legales demuestra “un fracaso del Gobierno federal”.
En respuesta, ayer el presidente Biden anunció un viaje la próxima semana a Nueva York donde presentará una “estrategia integral” para combatir los delitos con armas de fuego que incluirá partidas de financiación para que ciudades y estados cuenten con más policías e inviertan en programas de prevención de violencia comunitaria.