Washington, DC.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, amplió este jueves una iniciativa para prevenir ciberataques en sectores críticos para incluir también al del agua, con el objetivo de evitar posibles perturbaciones del suministro y la calidad de ese bien esencial.
La Casa Blanca ha decidido expandir al sector del agua un programa voluntario que hasta ahora estaba abierto a empresas de la electricidad y del gas natural, para tratar de minimizar el efecto de posibles ciberataques en esos ámbitos estratégicos, informaron fuentes oficiales en una rueda de prensa telefónica.
“La resiliencia cibernética en el sector del agua es absolutamente deficiente”, dijo una alta funcionaria estadounidense, que pidió el anonimato.
En febrero del año pasado, piratas informáticos penetraron en el sistema de tratamiento de agua en Oldsmar (Florida) e intentaron multiplicar por cien el nivel de hidróxido de sodio, conocido como soda cáustica, que en altas dosis puede ser venenoso.
El personal que supervisaba los niveles de químicos para el tratamiento del agua se dio cuenta de la alteración y revirtió de inmediato el daño, pero el incidente hizo plantearse a expertos y funcionarios del Gobierno la necesidad de reforzar la seguridad en el sector.
“Un ciberataque en sistemas de agua podría usarse, por ejemplo, para manipular procesos de tratamiento y producir agua que no sea segura (para beber), para dañar la infraestructura del sistema de agua o incluso para detener el flujo de agua a los consumidores”, afirmó un segundo funcionario en la rueda de prensa.
La iniciativa de Biden busca convencer a las empresas de ese sector para que refuercen su seguridad cibernética con la ayuda de directrices gubernamentales, y la Casa Blanca quiere empezar a implementarla en “los sistemas de agua que sirven a más población” dentro del país, explicó el funcionario.
El programa también “promueve que se compartan rápidamente con el Gobierno estadounidense los datos de las amenazas cibernéticas” o posibles ataques, según la fuente, que reconoció que muchas empresas se muestran reticentes a hacerlo.
Estados Unidos ha afinado su atención a los ciberataques después de registrar al menos tres jaqueos masivos el año pasado, que afectaron a Colonial, la mayor red de oleoductos del país; a JBS, el procesador de carne más grande del planeta; y a la firma tecnológica estadounidense Kaseya.