Washington, 5 jul (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, considera que hay que ir más allá en una reforma que establezca restricciones a las armas de fuego y prohibir los fusiles de asalto, tras el tiroteo del lunes en Illinois, con siete muertos y una treintena de heridos.
Así lo señaló este martes la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien subrayó que el mandatario ha sido “muy claro” sobre la necesidad de ahondar en una reforma sobre las armas de fuego.
Aun así, afirmó que Biden está “complacido” con la legislación aprobada en junio y que fue acordada entre demócratas y republicanos.
La portavoz apuntó que en el tiroteo del lunes durante un desfile en la localidad de Hihgland Park (Illinois) por el Día de la Independencia de EE.UU., que se celebra el 4 de julio, el atacante empleó un fusil de asalto.
Karine Jean-Pierre destacó que hace treinta años, cuando Biden era senador, lideró los esfuerzos para prohibir las armas de asalto y que actualmente le gustaría ver un logro de este tipo de nuevo.
En ese sentido, se mostró optimista de que un veto así sea posible en el Congreso, donde los demócratas tienen una ajustada mayoría en la Cámara Alta, después del acuerdo de mínimos alcanzado en junio.
En 1994, el Legislativo de EE.UU. aprobó la ley Brady, que prohibía las armas de asalto a nivel federal, aunque expiró diez años más tarde al no ser renovada por los congresistas.
En junio pasado, el Congreso aprobó aumentar el control sobre las armas de fuego, tras un pacto entre demócratas y republicanos, después de que en mayo diecinueve niños y dos profesoras fallecieran en un tiroteo una escuela de primaria en Uvalde, en Texas, y otras diez personas murieran en un ataque con motivaciones racistas en Buffalo, en Nueva York.
La nueva ley, rubricada por Biden, incluye una revisión del proceso de compra de armas para los menores de 21 años y extiende a todo el país las llamadas normas de “alerta de peligro” (“Red Flag”), que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.
La legislación busca acabar, además, con lo que se conoce como “el vacío legal del novio”, por el que hasta ahora si alguien era acusado de violencia doméstica sin estar casado, se le dejaba seguir teniendo armas en propiedad, algo que no ocurre en el caso de las personas casadas.
Pese a ese hito legislativo, el Tribunal Supremo de EE.UU., de mayoría conservadora, amplió en junio el derecho a portar armas al avalar que se puedan llevar en público.