Washington, 28 sep (EFE News).- El secretario de Defensa, Lloyd Austin, admitió este martes que el rápido colapso de las fuerzas afganas “tomó por sorpresa” a su país, que no supo calibrar “la profunda corrupción y el liderazgo mediocre” en Afganistán.
Austin testifica este martes ante el Comité de Servicios Armados del Senado, junto al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, y el comandante del Comando Central (CENTCOM), general Kenneth McKenzie.
“Debemos tener en cuenta una verdad incómoda, que es que no entendimos del todo la profundidad de la corrupción y el liderazgo mediocre en sus rangos superiores, no entendimos el efecto dañino de las rotaciones frecuentes e inexplicables hechas por el presidente (Ashraf) Ghani con sus comandantes”, dijo Austin.
El titular de Defensa señaló que EE.UU. no fue capaz de anticipar la repercusión de los pactos entre los talibanes y líderes locales, a la luz de los acuerdos de paz de Doha firmados en febrero de 2020 entre la anterior Administración de Donald Trump y los insurgentes.
En ese sentido, reconoció que “el propio acuerdo de Doha tuvo un efecto desmoralizador sobre los soldados afganos”.
Austin recordó que a lo largo de los años EE.UU. suministró a las fuerzas armadas afganas equipamiento, aviones y capacidades, pero al final fue incapaz de proporcionarles “voluntad para ganar”.
Asimismo, el secretario de Defensa sostuvo que la evacuación de ciudadanos estadounidenses y de sus aliados afganos no comenzó antes por decisión del Departamento de Estado y debido a “las preocupaciones de que moverse demasiado pronto podría causar el colapso del Gobierno afgano”.
Por su parte, Milley dijo durante su intervención que está “claro” que la guerra de Afganistán no terminó de la manera que Estados Unidos hubiera deseado y destacó que los talibanes “son todavía una organización terrorista, que todavía no ha roto lazos con Al Qaeda”.
Agregó que está por ver si los talibanes serán capaces de consolidarse en el poder o si Afganistán acabará sufriendo una guerra civil.
“Debemos seguir protegiendo a Estados Unidos y a su población de ataques terroristas desde Afganistán. Una Al Qaeda o un EI (Estado Islámico) reconstituidos con aspiraciones de atacar EE.UU. es una posibilidad muy real”, alertó el general.
Estados Unidos se vio obligado a acelerar a mediados de agosto las evacuaciones y a adelantar el plazo final para la retirada total de las tropas de Afganistán al 31 de ese mes por el rápido avance de los talibanes, que tomaron el control del país, y el colapso del Gobierno del presidente Ashraf Ghani.
Durante la evacuación se vivieron jornadas caóticas en el aeropuerto de Kabul con miles de afganos que intentaron subirse a uno de los vuelos de evacuación y con un atentado, reivindicado por el EI, que dejó 13 soldados estadounidenses y decenas de afganos muertos.