Washington, 5 oct (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, señaló este jueves que no cree que el muro levantado en la frontera con México sea efectivo, pero afirmó que no puede evitar que se refuerce.
En una reunión en la Casa Blanca con sus asesores de Seguridad Nacional, apuntó que el dinero asignado para el muro fronterizo no puede redirigirse a otras labores.
“Intenté que se reapropiara, que se redireccionara ese dinero. No lo hicieron. No lo harán. Mientras tanto, la ley no establece nada más que utilizar el dinero para lo que fue considerado. No puedo detener eso”, apuntó el mandatario demócrata un día después de que su Administración ordenara reforzar esa barrera en una de las áreas donde más se han registrado cruces irregulares de migrantes.
Preguntado si pensaba que el muro es efectivo, Biden se limitó a decir que no.
Las labores de construcción, que se llevarán a cabo en varias zonas del valle del Río Grande, incluirán la edificación tanto de barreras físicas como de vías para “prevenir la entrada” irregular de migrantes a territorio estadounidense, detalla el escrito publicado en el registro federal.
Los fondos asignados para esa labor fueron aprobados por el Congreso en 2019, cuando Biden aún no había llegado a la Casa Blanca.
Esta área fronteriza, al sureste de Texas, es la segunda zona donde se han registrado más detenciones de migrantes en los últimos meses, según datos de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).
Entre octubre de 2022 y agosto de este año las autoridades estadounidenses han detenido allí a más de 245.000 personas intentando cruzar la frontera con México.
Para poder llevar a cabo su refuerzo, que tendrá lugar en el condado de Starr, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) eximirá el cumplimiento de más de una veintena de leyes federales, incluyendo normativas referidas a protecciones ambientales, de salud pública y de conservación cultural.
A principios de mes, la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO), una agencia no partidista de vigilancia, apuntó que el muro construido bajo la Administración del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) en la frontera con México provocó daños en terrenos tribales y tuvo también un impacto medioambiental negativo.
El anuncio de la nueva construcción se produce justo cuando el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha viajado a México para abordar con las autoridades del país la crisis migratoria y de fentanilo.