Redacción Deportes (EEUU), 7 oct.- Jugar en Brooklyn, en Nueva York, no es barato. Un pago previo de matrícula de 490 dólares, 150 más al mes de membresía y 35 extra por jugador como alquiler de pista. El sector del pádel aspira a contar con 10 millones de jugadores en EEUU, en el año 2030. Fondos de inversión aterrizan en Miami, que invierten en un deporte impulsado por inmigrantes argentinos y españoles. La fiebre del pádel explota en Estados Unidos.
El pádel está considerado el deporte de mayor crecimiento a nivel mundial en los últimos años. Se refleja en el incremento de jugadores, tanto aficionados como con licencia federativa, pero también en las inversiones, cada vez mayores, en construcción de clubes. Estados Unidos no es extraño a este movimiento, y la fiebre por el pádel es cada día mayor.
Lo que comenzó en lugares con población de origen latino como Miami u otras ciudades del sur de la Florida, es ahora una actividad cada vez más demandada por ciudadanos estadounidenses que han conocido, y se han enamorado, de este deporte de raqueta.
En un día normal, plantearse ir a jugar al pádel por la tarde en ciudades como Miami o Nueva York, es un imposible si surge como plan improvisado. Es habitual que haya dos semanas de reserva por adelantado en el horario estrella, el que abarca entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche de lunes a viernes.
Dicen los estudios de mercado, que sólo con garantizar que tus pistas estén llenas en esa franja horaria, el negocio ya es rentable. Y es que jugar al pádel en Estados Unidos no es barato, el gasto medio por partido que tiene un jugador aficionado es de 35 dólares, únicamente en concepto de alquiler de pista.
Algunos clubes ya ocupan el ranking de popularidad en grandes ciudades, como el ‘Padel Haus’ de Brooklyn en Nueva York, primer centro de este icónico lugar, con cuatro pistas profesionales y un coste de membresía de 150 dólares al mes, previo pago de 490 dólares de matrícula.
Los precios por alquiler de pista van aparte. En Filadelfia encontramos ‘Padelphia’, con dos localizaciones y precios algo inferiores a los de Nueva York, pero con una enorme popularidad. A día de hoy, hay ocho estados con centros de pádel y es posible practicarlo en ciudades como Las Vegas, Houston o Los Ángeles, entre otras.
Pero si hay un paraíso del pádel en Norteamérica, ese es el sur de la Florida, y concretamente la ciudad de Miami. La fiebre por el pádel comenzó aquí, originado por la creciente llegada de inmigrantes desde Argentina y España, y continuado por el enamoramiento de este deporte por parte de otros practicantes locales.
La competición ya no está sólo a ambos lados de la red, se traslada también hasta los despachos de inversionistas que protagonizan una carrera frenética por encontrar locales en los que poder construir pistas y abrir clubes que satisfagan la demanda creciente de los practicantes de este deporte.
Incluso potentes fondos de inversión internacionales están comprando clubes ya existentes. Uno de ellos, Open Padel, en la localidad de Miramar, junto a Miami, recibió una propuesta del doble de su inversión inicial para adquirir los derechos de explotación del negocio, cuando todavía no habían abierto sus puertas.
No es sencillo abrir un club de pádel, y es que al margen de los permisos a solicitar a las autoridades, también los climas tan extremos de muchas ciudades norteamericanas suponen un problema y son un factor a tener en cuenta. Las intensas lluvias de Florida, el frío y la nieve de los estados del noreste, el calor de las zonas áridas… obligan a apostar por clubes indoor que aseguren la continuidad de la actividad.
El reto está en la parte inmobiliaria, tratando de encontrar naves lo suficientemente grandes como para albergar varias pistas, que tengan la altura necesaria para poder practicar el deporte, en las que se puedan habilitar vestuarios y duchas para los clientes, que en ocasiones van a jugar ‘de paso’ en horas de trabajo… De ahí que algunos inversores vayan directamente a clubes que ya están construidos y funcionando.
Actualmente se calcula que hay 170 pistas de pádel en todo el país sumando centros públicos y privados, en un total de treinta clubes que en poco tiempo sumarán veinte nuevos proyectos que están en camino.
El atractivo del pádel como negocio para los inversores está en el constante crecimiento que cuenta actualmente con una industria de 600 millones de dólares, practicado además por un abanico de edad muy amplio entre 25 y 55 años, entre los cuales además el 50% de los practicantes son mujeres.
Uno de los referentes de este deporte en Norteamérica es un español, Marcos de Pilar, actual presidente de la Federación de Pádel de los Estados Unidos, la USPA, con sede en Orlando. Llegó al cargo en diciembre de 2021 después de una larga trayectoria como jugador, entrenador, emprendedor y asesor.
Su objetivo principal es promocionar un deporte que todavía es muy minoritario, y lo consiguen a través de dos estrategias, por un lado invitando a potenciales practicantes a que lo prueben, enseñándoles a jugar y organizando eventos. Por otro lado atrayendo el interés de inversores internacionales y americanos que apuesten por este deporte con la creación de más clubes.
Todo este trabajo de difusión y promoción del pádel en suelo norteamericano tiene marcada una cifra muy ambiciosa que se convierte en deseo y objetivo, alcanzar los diez millones de jugadores en Estados Unidos en el año 2030.
Uno de los proyectos de difusión más importantes y de mayor impacto se pondrá en marcha el próximo mes de marzo de 2023, cuando se comience a disputar la primera liga profesional en Estados Unidos, que se llamará la ‘Pro Padel League’ y estará gestionada desde la propia US Padel Association.
Es la primera liga profesional de pádel en América del Norte, un primer paso de un plan de crecimiento de este deporte a cuatro años, extendiéndolo a la mayoría de ciudades posibles para motivar la apertura de más y más clubes.