Washington, 29 mar (EFE).- El presidente de EE.UU., Joe Biden, firmó este martes una ley histórica aprobada por el Congreso que convierte en delito de odio a los linchamientos, una forma de asesinato racista que acabó con la vida de miles de afroamericanos durante más de un siglo.
“Cientos y cientos de proyectos similares han fracasado. Durante los últimos años, se han penalizado delitos de odio, incluido uno que firmé el año pasado para combatir la covid-19. Pero no había una ley federal que prohibiera los linchamientos hasta hoy”, declaró Biden tras firmar el texto en la rosaleda de la Casa Blanca.
La ley, aprobada por la Cámara Baja y el Senado, es una iniciativa de memoria histórica que castiga con hasta 30 años de cárcel los linchamientos, que son asesinatos a menudo por parte de una multitud, que en EE.UU. iban ligados al odio a los afroamericanos.
Ese tipo de ejecuciones de personas negras por motivos racistas fueron comunes en el sur del país durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, y se redujeron en frecuencia tras el movimiento de los derechos civiles en la década de 1960.
De acuerdo con el presidente, más de 4.400 afroamericanos murieron por linchamientos entre 1877 y 1950, generalmente en el sur del país, pero también algunos en el norte.
Hombres, mujeres y niños negros eran colgados en árboles, quemados, ahogados o castrados por multitudes mientras “familias blancas se reunían para celebrar el espectáculo y tomar fotografías”, reprochó Biden.
Aunque algunos historiadores opinan que no ha habido linchamientos notables desde hace cuatro décadas, otros no están de acuerdo y aplican esa etiqueta a casos como el de Ahmaud Arbery, asesinado a tiros en 2020 mientras hacía ejercicio en el estado de Georgia.
La ley lleva el nombre de Emmett Till, cuyo linchamiento a los 14 años tras ser secuestrado y torturado por hombres blancos en Misisipi en 1955 es uno de los episodios más brutales de la historia racial del país.
En 1900, el que entonces era el único congresista negro de Estados Unidos, George Henry White, presentó el primer proyecto de ley para criminalizar los linchamientos, que fracasó, igual que lo hicieron casi 200 intentos más en los siguientes 121 años.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, reivindicó en el evento que las víctimas de linchamientos eran propietarios de negocios, profesores, activistas y otras personas que “trabajaban para que EE.UU. fuera mejor”.
“Al reconocerlos hoy, reconocemos nuestra historia y nos comprometemos con esta tarea pendiente de seguir luchando por la liberad y la justicia para todos”, expresó.