Miami, 11 mar (EFE).- El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, afianza su proyecto político con una batería de leyes polémicas y ultraconservadoras que impactan en las mujeres, la comunidad LGBTQ+ y los inmigrantes en su camino hacia la reelección y quizás más allá.
DeSantis, un abogado de 43 años que ganó hace cuatro años la gobernación con el apoyo del entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, “suena” como candidato a la nominación republicana en 2024 desde hace tiempo.
Pero antes tiene por delante el reto, que en principio no parece difícil, a tenor de las encuestas, de lograr cuatro años más como gobernador del “estado de la libertad”, como le gusta llamarlo desde que en 2020, en plena pandemia de la covid-19, decidió apartarse de las directrices de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y saltarse las medidas preventivas recomendadas.
Cuando este viernes finaliza el periodo legislativo de 2022 en Florida, el gobernador tiene ya sobre la mesa varios proyectos de ley promovidos por él y aprobados por un Congreso estatal dominado por los republicanos a los que solo les falta su firma para convertirse en ley.
Nadie espera que se arrepienta y los vete, así que en Florida el aborto solo será legal hasta las 15 semanas de embarazo, en lugar de las 24 actuales.
Se espera que firme además leyes que prohibirían que los maestros puedan hablar a los niños más pequeños sobre sexualidad e identidad de género o que se trate en las aulas y lugares de trabajo sobre la llamada “teoría crítica de la raza”, un conjunto de nociones y conceptos empleados para comprender y abordar la desigualdad y el racismo en EE.UU.
También tiene sobre su mesa una ley que endurecería todavía más las políticas migratorias de Florida y que él mismo propuso en plena batalla política con el presidente Joe Biden.
ASPIRACIONES PRESIDENCIALES
Porque buena parte de estas medidas son vistas por muchos como una carta de presentación de cara a unas previsibles aspiraciones presidenciales.
Uno de ellos es el abogado y exrepresentante estatal demócrata Javier Fernández, quien dijo a Efe que estas leyes forman parte de la “narrativa” republicana de apuntar al “corazón” del votante blanco, al que atemorizan con supuestos ataques a sus libertades personales y al sistema capitalista.
No lo ve así el republicano René García, exsenador en Florida y comisionado en el condado de Miami-Dade, quien destacó en declaraciones a Efe el buen hacer del gobernador.
En su opinión, las políticas de DeSantis “le ayudan más y más” para tener una popularidad que hará “muy difícil” batirle en las elecciones a la Gobernación en noviembre próximo.
Aunque sí reconoció que sería “hipócrita” decir que no pueda haber “motivos políticos” en la aprobación de estas medidas en su deseo de lograr la reelección y de intentar quizás llegar a la Casa Blanca.
LEYES CONSERVADORAS
Actualmente hay en el país una especie de carrera entre varios gobernadores para seguir, o incluso superar, la senda conservadora de Trump de cara a próximas elecciones presidenciales.
El gran rival de DeSantis en este particular es Greg Abbott, gobernador de Texas, donde recientemente se aprobó una ley sobre el aborto más restrictiva que la de Florida y medidas antiinmigrantes como el retomar la construcción del muro fronterizo con México que impulsó Trump.
Según un sondeo informal realizado en febrero pasado entre los asistentes a un importante foro conservador en el que Trump y DeSantis participaron, el expresidente es el favorito para obtener la nominación presidencial republicana en 2024 con un 59 %, seguido por el gobernador de Florida, con un 28 %.
Fernández cree que DeSantis siente “respeto” hacia su mentor político pero no “miedo” y seguirá apostando por la “misma narrativa que Trump, pero más extrema”.
Las medidas conservadoras que se vienen aprobando en los últimos meses llegaron después de que Trump nombró antes de dejar el cargo a tres jueces para el Tribunal Supremo federal, ahora de mayoría conservadora.
Y algo parecido ha logrado hacer DeSantis en la Corte Suprema de Florida, donde nombró tres jueces y transformó el alto tribunal estatal, hasta entonces de mayoría liberal, en una rama judicial eminentemente conservadora.
Eso permitiría a DeSantis contar con más opciones de éxito en caso de demandas contra los proyectos de ley que se prevé firmará próximamente en materias tan sensibles como el aborto y la educación.
Estas medidas le ayudarían a ganarse el apoyo de la base más conservadora del partido en la guerra ideológica que se vive en un EE.UU. cada vez más polarizado y con la mira quizás en la Casa Blanca.