Washington, DC.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sancionó este lunes a las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en la región del Donbás, después de que su homólogo ruso, Vladímir Putin, anunciara que reconoce su independencia de Ucrania.
Las sanciones a esas dos regiones son solo un primer paso, ya que Washington y sus aliados planean imponer “tan pronto como mañana martes” nuevos castigos económicos sobre Rusa, dijo a la prensa un alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato.
Por ahora, Biden firmó una orden ejecutiva que prohíbe nuevas inversiones, comercio y otras transacciones económicas por parte de instituciones y ciudadanos estadounidenses en Donetsk y Lugansk, una acción que pretende aislar a esas dos regiones del sistema financiero internacional basado en el dólar.
La orden ejecutiva también prohíbe la importación a EE.UU. de bienes, servicios o tecnología procedente de Donetsk y Lugansk, según el texto hecho público por la Casa Blanca.
Pese a la decisión de Putin, quien también ordenó el despliegue de militares rusos en Donetsk y Lugansk para “garantizar la paz”, Washington no llegó a anunciar este lunes el gran paquete de sanciones económicas contra Rusia que lleva preparando con sus aliados desde hace semanas.
Preguntado al respecto, el citado funcionario argumentó que la incursión de soldados rusos en el Donbás no es “necesariamente” algo nuevo porque, según Washington, las Fuerzas Armadas de Rusia llevan apoyando a las milicias prorrusas del este de Ucrania desde 2014, cuando Moscú se anexionó Crimea.
Según el funcionario, la estrategia estadounidense ahora mismo es “observar” y “evaluar” las acciones que Rusia toma en las próximas horas antes de tomar cualquier decisión.
COORDINACIÓN CON LOS ALIADOS
Mientras tanto, la otra clave de la estrategia de EE.UU. es mantener abierta la comunicación con sus aliados en Europa para presentar un frente común frente a Putin.
Esta táctica quedó clara este lunes cuando Biden, quien estuvo reunido todo el día en la Casa Blanca con su equipo de seguridad nacional, habló por teléfono durante 35 minutos con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y conversó durante otros 30 con su homólogo francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz.
Las llamadas se produjeron después del discurso televisado de Putin, quien al concluir su alocución firmó los decretos que reconocen la independencia de las dos regiones separatistas.
Según la Casa Blanca, Biden reiteró a Zelenski su compromiso con la “soberanía” de Ucrania y prometió que Washington responderá “rápida”, “decisivamente” y al “unísono” con sus aliados a cualquier agresión rusa.
Asimismo, en una llamada a tres bandas, Biden, Macron y Scholz condenaron “con fuerza” la decisión de Putin y hablaron sobre cómo se coordinarán para ver cuáles son los siguientes pasos, explicó sin ofrecer más detalles la Casa Blanca.
WASHINGTON VE PELIGRAR LA DIPLOMACIA
En todas las llamadas, la condena de la Administración estadounidense fue “enérgica” y de la “mayor fuerza”, según el lenguaje empleado por la Casa Blanca y el Departamento de Estado.
El secretario de Estado, Antony Blinken, llegó a considerar en un comunicado que la decisión de Putin “contradice directamente el supuesto compromiso de Rusia con la diplomacia”, supone un “claro ataque” a la soberanía de Ucrania y un “rechazo total” a los compromisos de Moscú con los Acuerdos de paz de Minsk de 2015, que, entre otras cosas, instauraron un frágil alto el fuego.
Blinken tiene previsto reunirse con el jueves en Ginebra con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, para entre otras cosas preparar una posible cumbre entre Biden y Putin.
Washington ha dicho que esa cumbre solo se producirá si Moscú no toma acciones militares contra Ucrania, por lo que la cumbre podría estar en peligro a la vista de los acontecimientos de las últimas horas, dijo a la prensa el citado funcionario.
Estados Unidos ha mantenido que quiere dejar abierta la vía diplomática y ha solicitado junto a Francia y Reino Unido una reunión esta misma noche del Consejo de Seguridad de la ONU.
UNA SALIDA PARA ZELENSKI
Mientras tanto, entre bambalinas, los Gobiernos de Estados Unidos y de Ucrania supuestamente han conversado sobre la posibilidad de sacar a Zelenski de Kiev si las fuerzas rusas proceden con una invasión terrestre, según las cadenas ABC y NBC, que citan a funcionarios de la Casa Blanca.
La idea, de acuerdo esos medios, sería trasladar a Zelenski a la mayor ciudad del oeste del país, Lviv, cerca de la frontera con Polonia.
Las tensiones entre Kiev y Moscú han aumentado desde noviembre pasado, después de que Rusia emplazara a decenas de miles tropas en las cercanías de la frontera ucraniana, lo cual disparó las alarmas en Ucrania y Occidente, que denunció los preparativos para una invasión.
La situación ha empeorado en las últimas horas con enfrentamientos en el este de Ucrania.