San Juan, 7 feb (EFE).- Las intensas lluvias caídas en Puerto Rico, con una acumulación de hasta 15 pulgadas, causaron graves inundaciones y daños materiales cuya cuantía es evaluada este lunes para determinar si se emite o no el estado de emergencia.
Carreteras cortadas, escuelas cerradas, embalses en niveles de alerta de desborde e interrupciones en el sistema eléctrico, que seguían afectando en esta jornada a miles de ciudadanos, son el resultado de las precipitaciones del fin de semana, que afortunadamente no dejaron víctimas mortales.
Algunas de estas inundaciones, provocadas por una vaguada junto a un frente frío, se perciben en la barriada Juana Matos, en el municipio norteño de Cataño, según constató Efe en una visita al área.
Las autoridades mantienen bloqueado el paso a la zona, donde hay una camioneta averiada flotando en medio de las aguas y los residentes tienen que movilizarse a pie.
Además de Cataño los otros municipios más afectados por las inundaciones fueron Toa Baja, Vega Alta y Dorado, ubicados en la costa norte de la isla, donde las precipitaciones marcaron registros históricos.
EVALUACIÓN DE DAÑOS
La cuantía de los daños causados por las lluvias está siendo evaluada para decidir si se declara emergencia nacional y se piden ayudas al Gobierno de Estados Unidos, país del que la isla es un Estado Libre Asociado.
El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, señaló en conferencia de prensa que todavía “es prematuro” confirmar si se hará una declaración de emergencia.
“La declaración se emite por el estimado de daños, que hoy se supone que se recibe”, explicó el gobernador, añadiendo que está a la espera de que los municipios manden sus informes.
Para enviar un mensaje tranquilizador, Pierluisi adelantó que el Gobierno cuenta con un Fondo de Emergencia de 450 millones de dólares para resarcir los daños. “Pedí que estuviera disponible y está disponible, a menos que los daños fuesen extraordinarios y merezcan una declaración presidencial”, indicó.
TERRENOS DISPONIBLES PARA REUBICAR RESIDENTES
Las inundaciones obligaron a decenas de ciudadanos a abandonar sus hogares e instalarse en refugios habilitados en distintos municipios, aunque el número de desplazados no fue demasiado elevado.
El problema se plantea, sin embargo, a largo plazo, ya que muchas de esas zonas ya fueron catalogadas como inundables y habría que reubicar a sus residentes.
Al respecto, el gobernador mencionó que Cataño cuenta con terrenos disponibles de vivienda de interés social, en los cuales se puede “empezar a buscar la manera de reubicar” a quienes lo necesiten.
“Cuando conocemos comunidades que están claramente expuestas a inundaciones, tenemos que tratarlas de manera humana y sensible, y darles alternativas”, dijo Pierluisi.
En el caso del barrio Candelaria de Toa Baja, también “claramente inundable”, el gobernador indicó que funcionarios del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales drenarán y limpiarán el terreno para tratar de resolver parcialmente el problema.
Mientras tanto, cerca del balneario Cerro Gordo en Vega Alta, el gobernador pidió la ayuda del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) para dragar un caño que, al recibir tanta precipitación, inundó el área.
CIERRE DE ESCUELAS Y CARRETERAS
Según el Servicio Nacional de Meteorología en San Juan, se recogieron más de 15 pulgadas de lluvia en solo 48 horas en algunos puntos de la isla, lo que provocó que escuelas en al menos una decena de municipios ofrecieran hoy sus clases de manera virtual.
Las inundaciones, igualmente, provocaron el cierre de varias carreteras en los municipios de Caguas, Dorado y Naranjito, dijo en rueda de prensa la secretaria del DTOP, Eileen Vega.
Además, el director interino del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres, Nino Correa, informó que hasta la mañana de este lunes unos 9.034 puertorriqueños no contaban con servicio eléctrico, incluyendo 3.100 de la zona metropolitana.
Las lluvias también afectaron a los embalses: Cinco de los 11 de la isla se encuentran en el nivel de alerta de desborde, según la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), que optó por abrir incluso una compuerta de la represa del lago Patillas como medida preventiva.