Washington, 11 nov (EFE).- El emisario estadounidense para Irán, Robert Malley, emprende este jueves una gira por países del Golfo Pérsico e Israel para coordinar posturas con esos aliados de EE.UU. antes de que se reanuden las conversaciones en Viena para salvar el pacto nuclear con Teherán.
En un breve comunicado, el Departamento de Estado estadounidense anunció este jueves la gira de Malley, que se alargará hasta el próximo 20 de noviembre e incluirá paradas en los Emiratos Árabes Unidos, Israel, Arabia Saudí y Baréin.
“Coordinará nuestros enfoques (con los de esos aliados) sobre un amplio abanico de preocupaciones relativas a Irán, incluidas sus actividades desestabilizadoras en la región”, indica la nota oficial.
También hablarán de “la próxima séptima ronda de conversaciones” que comenzará el 29 de noviembre en Viena “sobre el regreso mutuo al cumplimiento con el JCPOA (siglas en inglés del acuerdo nuclear)”, agrega el comunicado.
Entre los países que visitará Malley están los dos que Irán considera sus mayores enemigos en la región, Israel y Arabia Saudí, que en los últimos años se han opuesto a la diplomacia nuclear con Teherán pero que son aliados importantes para Estados Unidos.
Su gira se producirá al mismo tiempo que la que mantendrá el negociador jefe nuclear iraní, Ali Bagheri Kani, la semana que viene por varios países europeos, como Francia, Alemania, Reino Unido y probablemente España, que no forma parte del pacto.
El acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis grandes potencias (EE. UU., Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) limitaba el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Estados Unidos se retiró del pacto en 2018, bajo el mandato de Donald Trump (2017-2021), y volvió a imponer sanciones a Irán, que como respuesta comenzó en 2019 a producir más uranio y de más pureza de lo permitido.
Este año, Irán alcanzó un nivel del 20 % de pureza en el enriquecimiento de su uranio, todavía lejano, no obstante, del 90 % necesario para desarrollar una bomba atómica.
Tras la llegada al poder de Biden, comenzaron unas negociaciones entre Irán y las seis grandes potencias, entre ellas Estados Unidos de forma indirecta, para lograr el regreso de Washington al pacto y el cumplimiento por parte de Irán de todas sus obligaciones que está violando.
Pero esos contactos se paralizaron en junio, antes de las elecciones generales iraníes, y el nuevo Gobierno del ultraconservador presidente, Ebrahim Raisí, solo aceptó reanudarlos a principios de este mes.
No obstante, Teherán ha puesto como condiciones para salvar el acuerdo nuclear que Estados Unidos elimine las sanciones económicas contra el país y ofrezca garantías de que no abandonará un nuevo pacto sobre su programa atómico.
Mientras, Estados Unidos insiste en la necesidad de que Irán vuelva a cumplir completamente con las condiciones establecidas en el acuerdo de 2015, y el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo la semana pasada que Washington tiene opciones “enormes” para presionar a Irán a hacerlo si actúa de la mano de sus aliados.