Miami, 5 ago (EFE News).- El Departamento de Protección Ambiental de Florida (DEP) demandó este jueves a la compañía propietaria de la planta en desuso de Piney Point por su responsabilidad en la fuga de desechos líquidos de fosfato en uno de sus embalses, informaron medios locales.
Las autoridades de medioambiente responsabilizan a la compañía HRK Holdings de la fuga de fosfato en uno de los reservorios de la instalación, que resultó en el escape de más de 200 millones de galones de aguas residuales sin tratar hacia la bahía de Tampa, en la costa oeste de Florida.
Esta demanda del DEP significa el “capítulo final para el sitio de Piney Point”, ya que busca un administrador judicial designado para la supervisión del cierre de la propiedad y el pago de varios multas por parte de HRK Holdings, recogió el canal 10 Tampa Bay.
La multa podría ascender a 50.000 dólares diarios por cada día que no pudo eliminar las aguas residuales del embalse de Piney Point a partir del 15 de febrero de 2019 que según este medio comenzaron los problemas.
“El objetivo final sigue siendo el cierre del sitio de una vez por todas” y el allanamiento del camino para acelerar el proceso, dijo el secretario interino del DEP, Shawn Hamilton, en un comunicado.
La amenaza de Piney Point, que está cerrada desde 2001, comenzó este año como una pequeña fuga de contaminantes a las vías fluviales y se convirtió rápidamente en una emergencia mayor que provocó la evacuación de cientos de residentes del área.
En abril pasado, la preocupación por una segunda posible fuga en el embalse había hecho plantearse a las autoridades del condado de Manatee una evacuación de centenares de viviendas cercanas, ante el peligro de que alguna de las paredes colapsara, pero finalmente la orden fue cancelada.
Uno de estos estanques de retención, que contiene entre 700 y 800 millones de galones (entre 2.600 y 3.000 millones de litros) de desechos líquidos, presentaba grietas y filtraciones y había peligro de que se rompiera y liberase su contenido, lo que hubiera ocasionado un desastre ecológico.
Durante días se llevó a cabo el bombeo del agua contaminada y al menos 26 bombas y 10 camiones de vacío trabajaron a toda máquina para acelerar aún más el proceso de drenaje.
El mismo mes de abril, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció una millonaria inversión para frenar la contaminación de la antigua planta de fertilizantes de Piney Point, mientras crecen las demandas contra los dueños de la empresa para evitar que sean los contribuyentes los que paguen la limpieza, valorada en más de 200 millones de dólares.
Aunque el nivel de riesgo inminente se ha superado, falta evaluar el daño a las vías fluviales y la vida marina por la descarga de aguas contaminadas.
Los niveles excesivos de nitrógeno en las aguas del embalse pueden conducir a la proliferación de algas, amenazando a los preciosos pastos marinos, las ya enfermas poblaciones de manatíes y provocando la muerte de muchos peces.